
"El reloj de la suerte", Bell & Ross
Hace apenas tres meses que sucedió lo inesperado. El piloto Rodrigo Ibargüen realizaba uno de tantos vuelos de prueba sobre Guatemala a bordo de su avión Navajo y, a pesar de haber revisado el aeroplano,…
Hace apenas tres meses que sucedió lo inesperado. El piloto Rodrigo Ibargüen realizaba uno de tantos vuelos de prueba sobre Guatemala a bordo de su avión Navajo y, a pesar de haber revisado el aeroplano, tras ascender a 3,000 metros de altura sucedería un problema mecánico en uno de los motores que le obligaría a poner a prueba su experiencia de 36 años como piloto.
Debía aterrizar sobre algún área despoblada, una misión prácticamente imposible que logró conquistar gracias a su velocidad de reacción, dirigiéndose a una intersección. Luego de completar la primera misión, la segunda era clara: salir con vida.
Tanto él como sus acompañantes se apresuraron a abandonar el avión que se incendiaba, Ibargüen estaba atorado en el fuselaje pero logró escapar de las llamas aferrándose a la vida. “No es mi turno, todavía no me toca”.
Posterior al suceso comentó: “Tuve suerte porque traía conmigo mi reloj Bell & Ross, mi reloj favorito”.
Si bien adjudicar el valor de una pieza a una historia de supervivencia resulta inapropiado, la pasión que los pilotos sienten por una referencia de Bell & Ross es completamente legítima, ya que esta marca se inspira directamente en los instrumentos de a bordo de los aviones para el desarrollo de sus relojes.
Rodrigo Ibargüen luce en su muñeca un Bell & Ross 126 Vintage Chronograph, y finaliza diciendo que “Nunca vuela sin su reloj de la suerte”.
Marco Alegría
…Ya entendería yo, con cada pieza de alta relojería, que la mayor parte de lo que llamamos extraordinario se disfruta sin percatarse del paso del tiempo, pero mirando el reloj.
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