
¡Qué padre!
No existe mejor sensación en el mundo ni mayor placer que abrazar a tu padre y reconocer que te pareces a él, que eres producto de sus regaños y de su dirección, de sus gestos…
No existe mejor sensación en el mundo ni mayor placer que abrazar a tu padre y reconocer que te pareces a él, que eres producto de sus regaños y de su dirección, de sus gestos…