CODE 11.59 by Audemars Piguet Selfwinding Flying Tourbillon, talismanes que miden el tiempo
Con carátulas de piedras preciosas naturales y un tourbillon volante ultrafino, Audemars Piguet continúa celebrando sus 150 años con la trilogía CODE 11.59 by Audemars Piguet Selfwinding Flying Tourbillon.
Las celebraciones por el 150 aniversario de Audemars Piguet continúan con bombo, platillo, piedras preciosas naturales y oro, estrenando tres nuevas ediciones limitadas CODE 11.59 by Audemars Piguet Selfwinding Flying Tourbillon, cada una de ellas con un extraordinario código de color, determinado tanto por su carátula y correa, como por sus cajas de 38 mm de diámetro y 9.6 mm de grosor, en diferentes tonalidades de oro, cuyas superficies alternan acabados satinados y pulidos y que cuentan con una hermeticidad de 30 metros.
Cada CODE 11.59 by Audemars Piguet Selfwinding Flying Tourbillon es un talismán verdaderamente único
Basadas en el Selfwinding Flying Tourbillon, presentado este año, la nueva trilogía revive la larga tradición de la Maison, inaugurada en la década de los sesenta, de incorporar carátulas de piedras preciosas naturales, las que logran dotar a la más alta relojería de propiedades energéticas y un significado simbólico particular, en función de cada piedra, convirtiendo estos relojes en elegantes talismanes.
El proceso que transforma una piedra preciosa en la carátula de un reloj requiere de una gran destreza manual, siendo necesario trabajar con delgadísimas capas de piedra, cuidadosamente cortadas y pulidas para preservar su integridad al tiempo que se pone de manifiesto su brillo natural. El resultado es fascinante, pues la individualidad de la veta de cada pieza garantiza que no haya dos carátulas iguales.
Calma y claridad, vitalidad y protección o crecimiento y transformación ¿Cuál es para ti?
El CODE 11.59 by Audemars Piguet Selfwinding Flying Tourbillon con carátula de sodalita azul (Ref. 26665OR.OO.D349CR.01) traída desde Brasil y asociada con la calma y la claridad, cuenta con una correa de piel de aligátor azul. Creando un armonioso contraste, la hebilla plegable, la caja, las manecillas y los índices numéricos están hechos en oro rosa de 18 quilates.
Asociada con la vitalidad y la protección, la carátula de raíz de rubí de Tanzania se acompaña con una correa de piel de aligátor roja. La hebilla, la caja, manecillas e índices numéricos son de oro blanco de 18 quilates (Ref. 26665BC.OO.D632CR.01).
La carátula de malaquita verde de Zambia, símbolo de crecimiento y transformación, se encuentra enmarcada en una caja de oro amarillo de 18 quilates, con manecillas, índices y hebilla del mismo material y correa de piel de aligátor verde (Ref. 26665BA.OO.D412CR.01).
Garantizando una gran visibilidad bajo cualquier condición de luz, las manecillas de la trilogía CODE 11.59 by Audemars Piguet Selfwinding Flying Tourbillon están recubiertas con material luminiscente.
El savior fare de Audemars Piguet se demuestra con una alta complicación ultrafina
Desde su fundación, y habiendo explorado distintas vías de diseño que en muchos casos respondían a la creación de relojes femeninos, portados como anillos, pendientes o broches, Audemars Piguet se ha especializado en la miniaturización, reduciendo el tamaño de los componentes y manteniendo su funcionalidad.
En esta trilogía, Audemars Piguet vuelve a hacer gala de su savoir faire en las categorías ultraplana y ultrapequeña con el calibre 2968, visible a través del fondo de caja transparente. Con apenas 3.4 mm de grosor, alberga un espectacular tourbillon volante automático ultrafino a las seis. Su jaula de titanio se sostiene únicamente desde abajo, dándole una elegante apariencia. Además, el escape de alta amplitud mejora la fiabilidad, la distribución de energía y la precisión. La masa oscilante confiere al calibre 2968 una reserva de marcha de 50 horas, latiendo a una frecuencia de 21,600 vibraciones/hora (3 Hz).
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Cristian Miguez
De familia de relojeros, el amor por la alta relojería lo traigo en la sangre, y si bien en la mente juego con las letras, las ciencias y el marketing, en una mano traigo una pluma y en la otra, una espada.
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